Educación Social: fuerte, visible y organizada

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Cuándo contactaron conmigo para celebrar el día de la educación social (2 de octubre Internacional de la Educación Social), sonreí. Me hizo ilusión. Formar parte del Carnaval de Blogs haciendo visible un tema en concreto de la profesión, es sentir que pertenezco a ella. Es sentir que puedo aportar mi opinión desde la pequeña realidad de actuación que vivencio diariamente.

La Educación Social es una diplomatura que tiene más de 30 años y, a pesar de que ya no es muy joven, sigue siendo poco conocida y accesible para las personas. Accesible porque no conocen dónde nos pueden encontrar ni cómo podemos ayudarles con su situación problemática en concreto.

Aprovecho estas palabras para acercártela. La Educación Social es una profesión cuyas funciones giran en torno a crear espacio educativo dónde se medie y se siga formando a la persona. Tenemos la visión de que la educación es un continuo cambio en la vida de la persona. Es un aprendizaje adaptativo. Por ello, necesita de ese acompañamiento profesional en una etapa en concreto de su vida. Centramos la intervención en la propia persona haciéndola partícipe activa y consciente de todo su proceso de cambio. Además, empleamos recursos comunitarios, culturales y sociales para generar esa participación social desde una perspectiva educativa, laboral, social, de ocio. Particularmente cuándo me preguntan qué es la educación social les suelo resumir mis funciones en: “soy una profesional que hace de vínculo entre la sociedad y sus recursos y las necesidades de la persona para que ésta termine por sentirse incluida dentro de la propia sociedad”.

Siguiendo con esto, considero que tenemos que continuar comprometiéndonos con nuestra profesión. Ningún perfil profesional estará más capacitado para ello que quién está dentro de la realidad y sabe los retos y obstáculos que debe de sobrepasar para hacer una intervención. Estamos ante una profesión que necesita de ser regulada a nivel nacional para que sean reconocidas todas nuestras funciones, nuestros ámbitos de actuación, los recursos que necesitamos y un convenio que nos ampare ante la contratación.

En el 2017, se llevó a cabo un movimiento de recogida de firmas para crear una Ley de Educación Social. Fue una organización nacional bestial, que podías sentir ese chute de fuerzas que entre los profesionales nos dábamos. Todos estábamos unidos por lo mismo. Años más tarde, este movimiento debe de seguir vivo y no caer en el olvido. Nos queda niveles de reconocimiento que conseguir.

Considero que no debemos de dejarnos arrastrar por la comodidad y estabilidad que nos proporciona nuestro puesto laboral en algunas comunidades en concreto. Existen ciertos territorios dónde el convenio de actuación recoge las funciones y el salario de la profesión. Es por eso, que siguen existiendo diferencias en cuanto a su reconocimiento profesional. Sí, a mí a veces no me entra en la cabeza cómo una profesión que trabaja por hacer accesibles los recursos sociales más cercanos de la población, trabaje desde una posición laboral de precariedad (Salarios irrisorios, kilometraje no pagado, educadores sociales no reconocidos en RPT, disponibilidad completa para jornadas parciales…). He conocido a personas que defienden la profesión allá dónde van porque viven por y para ella, porque la saben transmitir y es parte de su vida porque la llevan por vocación. Es decir, defendiendo un puesto laboral a pesar de estar viviendo ciertas situaciones laborales precarias.

Al menos, ahora, sí que las organizaciones conocen más nuestras funciones y nos reclaman. En esto creo que sí ha habido un cambio. Sin embargo, cuando hablamos de ocupar un puesto determinado, nos podemos encontrar el caso de que quieren hacer uso de nuestra formación universitaria contratándonos con una categoría inferior. Yo esto lo suelo preguntar en las entrevista “¿Cómo estaré contratada?”. En una ocasión me respondieron que como Técnica de acogida. Qué cuyo puesto podían ser contratados personas de categorías inferiores. Mostré mi opinión abiertamente sin miedos. Defendí mi posición como Educadora Social desde ese pequeño espacio que yo misma me otorgué. La titulación es la que debería de aparecer en la vida laboral. Luego ya, en la realidad intervenir desde mi rol de técnica de acogida. Así lo veía yo y así lo defendí.

La sociedad está en un continuo cambio y nosotros debemos de hacer porque la profesión se adapte a esos cambios sociales, culturales… Nosotros somos sus referentes y solo con nuestra defensa y postura firme lo podemos hacer posible. Considero que es una manera de proteger a la profesión para que en el día de mañana que surjan nuevos ámbitos de actuación profesional, podamos aportar desde la zona visible. Esto quiere decir, que si nos hacemos el hueco para ser visibles, ya dejaremos de luchar por hacernos escuchar para dar paso a lo verdaderamente importante: la lucha y el reconocimiento de los colectivos y de las situaciones sociales más necesitadas de inclusión y visibilización.

Como Educadoras y Educadores sociales nosotras somos quienes reivindicamos por que se respeten y se cumplan con los derechos de la población. Además, somos quienes debemos de hacer porque se reconozcan nuestro valor y aporte social para continuar pudiendo con estas reivindicaciones de protección social. Las Educadoras Sociales somos un perfil profesional que optamos por la doble visibilización: la nuestra y la de la población con la que actuamos.

Dar luz a esta realidad que hay detrás de las palabras “Educación Social” es acercar a las personas la realidad. Seguimos siendo importantes en la medida de que debemos de hacer visibles los recursos existentes para toda la población. Sigue existiendo un cierto desconocimiento de a qué profesional acudir para recibir acompañamiento o información o qué recursos hay para todos los ciudadanos.

Para finalizar, te animo a que desde tu pequeña parcela de intervención socioeducativa te organices para defender la profesión. Tú persona recién titulada, estudiante o persona que tienes más de 20 años de experiencia, necesitamos que reclames una posición visible, real y con fortaleza. Sí, necesitamos unir fuerzas.

Si eres un ciudadano que me has leído, ya sabes que tienes a tu disposición un educador o educadora social de referencia en tu zona de Servicios Sociales. Puedes acudir a nosotros para solicitar información, seguimiento, acompañamiento… Te podemos acercar los recursos que desconoces que puedes hacer uso de ellos.

Ojala llegue el momento en el que una persona afirme: “he solicitado cita a mi educadora social de referencia para que me acompañe”. Con este gesto simple, habríamos subido un escalón de accesibilidad. Y si ya nos nombran con el apellido “Social”, ascendemos dos escalones del tirón.

“Necesitamos toda nuestra fuerza”

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