Al leer el título puede que te hayas preguntado: «¿qué pinta en educación familiar la palabra «aire»?» Sí, créeme está tan relacionada… Aunque he empleado en el título un símil. Te he mencionado la palabra «aire» para hacer alusión al ambiente, en concreto al familiar.
El ambiente familiar es algo bastante abstracto que sí se puede apreciar y sentir. Sí hay que darle importancia al ambiente familiar ya que puede favorecer o desfavorece su crecimiento, en general. El ambiente está muy relacionado con el contexto que generen las personas adultas. Éste «aire» familiar se caracteriza por unas pautas de crianza que guían las interacciones y estilos educativos (autoritario, permisivo, agresivo, disciplinario…).
Si la adolescente se desarrolla en un ambiente rígido y conflictivo, puede tener estrés por la situación y no tener buena atención y concentración. Este tipo de ambientes son desfavorables ya que impiden que se sientan seguros y tranquilos. Un ambiente en el que las personas adultas se relacionan gritando de manera agresiva y con amenazas o que esté presente algún tipo de maltrato. Eso genera un ambiente cargado de miedo, temblor, control, continuas prohibiciones… Desde la posición del control ni existe entrega, ni confianza en la relación.
Cada vez más artículos ponen énfasis en la calidad educativa del ambiente familiar para el desarrollo del niño, niña y adolescente en el rendimiento académico. Los niños y las niñas que se desarrollan en un clima familiar favorable tienden a lograr más fácilmente el éxito escolar. Debido a que las circunstancias positivas que engloban al ambiente está presente la ayuda en las tareas, el apoyo, la orientación y la atención a su comportamiento. En un ambiente relajado y de confianza es dónde se hace posible el adecuado desarrollo y crecimiento del niño y la niña. Dónde existe este tipo de ambientes se crea la protección a la infancia y adolescencia ya que su base principal es la seguridad y la confianza.
Acerco el resultado de varios estudios que afirman que cuando los estilos educativos parentales van acompañados de demostraciones de afecto y de cariño (manifestando un apego seguro), este tendría mejores resultados escolares y mayores habilidades pro-sociales y cognitivas. En este ambiente familiar también encontramos la actitud con la que interaccionan y responden los adultos a las reacciones del niño y la niña. Es ahí el uso de las prácticas y estrategias educativas que usen. En general, ese ambiente familiar recae en la armonía de todas las acciones que se llevan a cabo para el niño y la niña. Una vez más resalto la importancia de la calidad educativa en el ambiente familiar.
El entorno familiar es el responsable de generar un ambiente de crecimiento sano, de respeto, de validación, de confianza. Un contexto proyector y seguro es el más adecuado para crear un clima sano y de confianza. Un entorno de seguridad es la base de cualquier nivel de relación afectiva. Debido a que hace posible la entrega, la confianza y el placer de disfrutar de esa relación entre padre-madre-hijx, madre-madre-hijx… Es fundamental este entorno para que se genere la confianza suficiente para llegar a establecer una relación desde la intimidad. Este contexto de seguridad y protección ha de darse de forma positiva y armónica.
Desde este contexto seguro y protector favoreces detectar situaciones de desprotección a la infancia y adolescencia. Situaciones en las que tu hijx necesita de tu cariño, compañía y apoyo. Le estás transmitiendo que hay confianza entre vosotros para que te cuente cualquier situación que le preocupa o por la que está pasando. Sí, gracias a éste puedes detectar sí está pasando por algún caso de acoso escolar, u otra situación. Además, esa confianza se genera de manera recíproca. Tú también le puedes preguntar sobre qué está viviendo que le preocupa. Créeme cuándo te digo que esto no es posible en un contexto lleno de control, de inseguridad y nada de confianza. Desde ahí es muy complicado (y casi nulo) que el niño se abra a nivel emocional para compartir situaciones personales.
«Dónde existe este tipo de ambientes favorables se crea la protección a la infancia y adolescencia ya que su base principal es la seguridad y la confianza».
“Educar parte de ti”. Sí, hago alusión a una publicación de instagram de ésta semana, porque tú haces contribuir a un ambiente familiar desfavorable o favorable con tu actitud, con tu compañía, con tu amor…
Por último, te comparto algunas claves que te proporciono para generar un ambiente seguro:
- Comunicación positiva.
- Vivir encuentros de experiencias.
- Ausencia de prácticas educativas con gritos y amenazas.
- Hacerle partícipes en decisiones que a él le atañe.
- Mostrarte receptivo y accesible para él.
- Dedicarle tiempo. Querer invertir tú tiempo con ella.
¿Te habías planteado alguna vez qué le aporta éste ambiente familiar que se crea? Me lo puedes comentar abajo o a través de un e-mail. Te leeré. Sí quieres leer y reflexionar sobre educación familiar para despertar, desde otra perspectiva, tu parte responsable, suscríbete.
¡Gracias!
1 comentario en «Ese aire familiar que se respira»