Ser Altamente Sensible

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«Respeto tu personalidad. Te respeto a ti». Eso es lo que debería de sentir un niño, niña o adolescente cuándo estamos en crianza y le educamos. Desafortunadamente, en pleno Siglo XIX esto sigue estando algo ausente.

Sobre un rasgo de personalidad es lo que vamos a hablar hoy. Un rasgo hereditario y que tienen alrededor de un 20% de personas.

Quizás has oído hablar sobre ser una persona altamente sensible. Quédate durante las próximas líneas que te voy a ayudar a incluirles, a entenderles y a adaptar la educación que das a su personalidad.

Ser altamente sensible es reunir las características esenciales:

  1. Procesamientos de la información más profundos. En aspectos aparentemente más simples extrae más información.
  2. Gran empatía.
  3. Estado de saturación ante diversas situacioens cotidianas.
  4. Gran sensibilidad ante los estímulos que llegan del exterior: olores, luces, aglomeraciones…

En relación a la saturación excesiva es necesario aprender a respetar los ciclos propios de energía. Para eso es fundamental conocerse y acompañarles a que él/ella se conozca.

La persona con alta sensibilidad deberá aprender a canalizar su rasgo de personalidad para encontrar ese equilibrio. El equilibrio en la vida es fundamental y más cuándo tienes un rasgo con una intensidad en el sentir muy diferente que al resto de la humanidad. Estás en minoría. Navegas por el mundo sintiendo a otros niveles completamente desconocidos para el resto de la mayoría. Y, ¡Ay, visibilizadora (mi espacio de directos en instagram se llama «re-visibilizar»), te toca fluir en armonía y sentir, dejarte SER!

El respeto aquí es clave tanto a nivel intrapersonal como ajeno. Conocer nuestro límite personal para llegar a saber qué ambientes o qué sitios puedes habitar ahora y cuáles no.

Visitar la naturaleza es clave para cualquier ser humano. Los beneficios son bestiales y más cuándo eres altamente sensible. Te calmas y reconectas contigo misma en todos los niveles. Volver a casa, y protegerse es cuidar tu mundo interior. Tu cuerpo acumula sensaciones de sentimientos (como le suelo llamar). Por eso, descansar en nosotras es primordial.

Una de las frases que rescato del libro de Eleane Aron es: «El mejor camino es la expresión de una misma». Esto es necesario hacérselo sentir y saber a los niños y niñas en proceso de crianza. Sientan que pueden expresar su personalidad y que, al menos, dentro del núcleo familiar serán bien valorados.

Para conseguir todo esto es necesario que la educación que empleéis en vuestra crianza, al menos, les permita ser. Es decir, dentro de este ser para mí es fundamental que valides sus emociones y la intensidad con la que la expresa. Debido a que en el caso concreto de que tu hijo/a sea altamente sensible, su capacidad de sentir y de emocionalidad es más amplia que la tuya (en el caso de que tú tampoco lo seas).

La competencia en gestión emocional que haya desarrollado el adulto es clave para acompañar a nivel emocional a un niño con alta sensibilidad. Le favorecerá mucho el camino de entender sus propias emociones. Además, si el adulto tiene una alta regulación de sus emociones, le podrá ayudar a ser ejemplo para que éste niño/a pueda aprender a gestionar sus emociones.

Una de las funciones que deben de reunir los (p)madres en la crianza es ser una gran guía en la integración de las propias experiencias e historia de vida que transita el niño, niña o adolescente. De esta manera, si lo integra también lo hará con su rango. Es importante que se valore y que no nazca con mensajes de inferioridad y de que es un raro (mensajes de inclusión no de exclusión).

Ni que decir tiene que las situaciones que se puedan considerar de grandes estímulos o con ambientes violentos y agresivos no son favorecedores para su desarrollo e integración de su rasgo. Bueno, ni para el resto de niños. No es un ambiente sano de crecimiento ni mucho menos favorece la seguridad ni la protección por parte de sus referentes en crianza. Los buenos tratos siempre para una misma y para los demás.

Algo que no les ayuda nada son los ritmos acelerados. por eso es importante respetar su espacio tanto de tiempo de reacción como el tiempo que necesite para estar a solas o acompañado. La persona altamente sensible debe de aprender a vivir en estos ritmos acelerados de la sociedad.

Para incluir a nivel social a las personas altamente sensibles es importante que los patrones educativos tradicionales vayan siendo sustituidos por otros más respetuosos e integrales. Frases del estilo: «eres muy sensible» o «siempre estás llorando» no ayudan para nada. Directamente, restan, y no aportan nada de creencias sanas para que crezca con una sana autoestima (entre otros aspectos).

A continuación, te dejo los siguientes recursos para que puedas consultar o en los que puedas acudir a nivel profesional:

Además de estos recursos te aconsejo también en aprender herramientas de crianzas respetuosas. Y si, lo necesitas, seas acompañado en tu labor educativa y de crianza por profesionales. Considero que la Disciplina Positiva es una metodología basada en principios adlerianos es dar el empoderamiento que necesitan los padres y las madres. De esta forma, aprenderán a acompañar a su hijo con rasgos de esta personalidad validando y respetando su proceso. (¡Me puedes preguntar!)

«No necesitamos esperar a adultos para aprender a integrar nuestro rasgo. La edad en crianza debería de ser la etapa en la que se primara la integración de ese rasgo desde niños y niñas».

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